Welsungsraum

"Hazte fuerte en los viejos sueños para que nuestro mundo no pierda la esperanza". Ezra Pound "Ich lehre euch den Übermenschen. Der Mensch ist Etwas, das überwunden werden soll. Was habt ihr getan, ihn zu überwinden?". Nietzsche

Nombre: Welsung

lunes, agosto 04, 2008

Impacto y Futuro del Revisionismo del Holocausto. 2° Parte


Una Crónica Revisionista

Desde 1974 he tenido que combatir en muchísimas batallas legales, por lo que no he podido encontrar tiempo para componer la exposición sistemática que uno tiene derecho a esperar de un profesor que, desde hace muchos años, ha dedicado sus esfuerzos a un solo aspecto de la historia de la Segunda Guerra Mundial: el “Holocausto” o la Shoah.

Año tras año, una avalancha de juicios, implicando las más serias consecuencias, ha frustrado mis planes de publicar semejante trabajo. Aparte de mis propios procesos judiciales, he tenido que dedicar considerable tiempo y esfuerzo a la defensa, ante sus respectivos tribunales, de otros revisionistas en Francia y en el extranjero. Hoy en día, cuando escribo estas palabras, dos casos están siendo llevados contra mí, uno en Holanda, el otro en Francia, mientras yo debo intervenir, además, directa o indirectamente, en procesos pendientes contra revisionistas en Suiza, Canadá y Australia. Por falta de tiempo, he tenido que renunciar a ayudar a otros, especialmente a dos revisionistas japoneses.

Alrededor del mundo, la táctica de nuestros adversarios es la misma: usan los tribunales para paralizar el trabajo de los revisionistas, si es que no también para sentenciarlos por un tiempo en prisión o hacerlos pagar multas o perjuicios. Para aquellos que son condenados, la prisión significa la detención de toda actividad revisionista, mientras que aquellos sentenciados a pagar grandes sumas son obligados a iniciar una febril búsqueda de dinero, aguijoneados por las amenazas de los alguaciles, “órdenes de embargo”, “avisos de terceros” y congelamiento de cuentas bancarias. Sólo por esta razón mi vida durante el pasado cuarto de siglo ha sido difícil. Aún es así, y con toda probabilidad, se mantendrá así.

Para hacer peores las cosas, mi concepto de investigación nunca ha sido el de un profesor o historiador “de papel”. Considero que es indispensable ver el terreno por mí mismo: el terreno de la investigación forense, o el terreno donde el adversario se despliega. Yo no podría tener derecho a hablar acerca de los campos de Dachau, Majdanek, Auschwitz o Treblinka sin primero haberlos visitado para examinar por mí mismo los edificios e interrogar allá a la gente. Yo no podría hablar acerca de actividades antirevisionistas, como manifestaciones, conferencias, simposios y juicios, sin haber asistido a ellos, o al menos, delegado a un observador entrenado la asistencia a los eventos, una práctica que no está exenta de riesgo, pero que lo posibilita a uno a obtener información de una buena fuente. Tengo amigos y socios que producen incontables cartas y declaraciones. Siempre que es posible, voy yo mismo a las murallas. Para citar sólo un ejemplo: la impresionante conferencia internacional sobre el “Holocausto”, organizada en Oxford en 1988 por el recientemente multimillonario Robert Maxwell (conocido también como “Bob el Mentiroso”). Creo que puedo decir justificadamente que la conferencia fue abortada muy lamentablemente (como el mismo Maxwell admitió)[1], gracias a una operación que organicé personalmente en el lugar, con la ayuda de una revisionista francesa a la que no le faltaba valentía, ni audacia, ni ingenio: su solo activismo vale ciertamente muchos libros.

A las horas y días gastados en la preparación de casos judiciales o acciones varias esporádicas se deberían agregar las horas y días perdidos en el hospital, recuperándome de los efectos de un esfuerzo agotador o de las consecuencias de ataques físicos realizados por militantes de grupos judíos (en Francia las milicias armadas están prohibidas, excepto para la comunidad judía[2].

Finalmente, he tenido que alentar, en forma directa o en coordinación con otros, en Francia y fuera de ella, numerosas actividades o trabajos de naturaleza revisionista, apuntalar aquellos cuya solidez ha fallado, proveer para la continuidad de acción, responder requerimientos, advertir contra provocaciones, errores, desviaciones de la meta, y, sobre todo, combatir las acomodaciones mal concebidas, pues para algunos revisionistas hay una gran tentación en el esfuerzo para llegar a compromisos con el adversario y, a veces, a ceder. Ejemplos de revisionistas con fatiga de combate que han zozobrado frente a la contrición pública son, para decirlo claramente, no pocos. Sin embargo, yo no lanzaré una piedra contra ellos. Sé, por experiencia, que el desaliento nos alcanza a cada uno de nosotros porque la contienda es muy desigual: nuestros recursos son risibles, mientras que los de nuestros oponentes son inmensos.

[1] Ver: Robert Maxwell, "J'accuse" (“Yo Acuso”), Sunday Mirror (propiedad de Maxwell), Londres, 17 de Julio de 1988, p. 2.
[2] "Jewish Militants: Fifteen Years, and More, of Terrorism in France" (“Militantes Judíos: Quince Años, y más, de Terrorismo en Francia”), The Journal of Historical Review, Marzo-Abril 1996, pp. 2-13.